Querida mamá,
Hoy es un día para celebrar la vida de una mujer increíble: tú.
Cada año que pasa, me doy más cuenta de la suerte que tengo de ser tu hijo(a). Has sido mi maestra, mi consejera, mi amiga, y la persona que ha creído en mí incluso cuando yo mismo(a) no lo hacía.
Desde pequeño(a), fuiste mi seguridad. Tu abrazo era el lugar más seguro del mundo, y tu voz, la melodía que me calmaba. Aun ahora, sin importar cuánto crezca o cuán lejos esté, sigues siendo mi hogar.
Tu amor me ha dado fuerzas para superar los momentos difíciles y me ha recordado siempre quién soy.
Gracias por cada sacrificio que hiciste en silencio, por las noches sin dormir, por las lágrimas que escondiste detrás de una sonrisa, por las veces que te olvidaste de ti misma para darme lo mejor.
Tu entrega no tiene límites, y por eso quiero que sepas que todo lo que soy, lo soy gracias a ti.
Hoy, en tu cumpleaños, quiero que te sientas orgullosa de la persona maravillosa que eres. Que sientas el cariño de todos los que te amamos, que la vida te devuelva con creces la bondad que siembras, y que cada nuevo amanecer te recuerde que eres una mujer excepcional.
Deseo que este día esté lleno de abrazos sinceros, de risas compartidas y de recuerdos felices.
Gracias por ser mi guía, mi fuerza y mi razón de sonreír.
Feliz cumpleaños, mamá. Te amo con todo lo que soy y todo lo que seré.