Mi querida abuela,
Hoy es tu cumpleaños, y mientras te escribo, me doy cuenta de lo afortunado/a que soy por tenerte en mi vida. No hay palabras suficientes para describir todo lo que significas para mí. Eres más que una abuela: eres mi segunda madre, mi confidente, mi refugio seguro y el corazón que ha sostenido a nuestra familia con amor y paciencia.
Recuerdo tantas cosas que me llenan el alma… tus manos suaves peinándome cuando era pequeño/a, tus cuentos antes de dormir, tu voz dulce diciéndome que todo iba a estar bien. Recuerdo tus risas, tu olor a hogar, tus comidas preparadas con amor, y sobre todo, tu forma de mirarme con ternura, como si todo lo bueno del mundo cupiera en tus ojos.
Gracias por enseñarme con el ejemplo: por mostrarme que la vida no siempre es fácil, pero que siempre vale la pena vivirla con fe y esperanza. Gracias por cada sacrificio que hiciste, por cada gesto silencioso, por cada vez que diste sin esperar nada a cambio.
Hoy quiero que sientas cuánto te amamos todos. Que mires a tu alrededor y veas que tu amor ha dejado huellas profundas en cada uno de nosotros.
Deseo que este nuevo año de vida te traiga paz, salud, alegría y muchos momentos para disfrutar. Que cada día esté lleno de sonrisas y que la vida te devuelva, aunque sea un poco, de todo lo hermoso que has dado.
Feliz cumpleaños, abuela. Eres la historia más bonita de mi vida y la razón por la que siempre creo en el poder del amor.
Con todo mi corazón,
Tu nieto/a que te ama infinitamente.