Mi querido niño, feliz cumpleaños. Hoy encenderé una vela en tu honor, no para lamentar tu ausencia, sino para agradecer tu existencia. Fuiste un regalo que la vida me dio, un ángel que pasó por mi mundo dejando huellas de amor y ternura. Aunque tu camino fue breve, la profundidad de tu amor lo hizo eterno. Te extraño con cada fibra de mi ser, pero también te celebro, porque tu vida, aunque corta, fue tan valiosa como infinita.